Comenzamos un nuevo año y ya en febrero algunos de los objetivos y propósitos que nos habíamos marcado se han quedado en el olvido. Hemos empezado a ir menos al gimnasio, hemos vuelto a cambiar el libro por la televisión, nos seguimos preocupando y el estrés ha vuelto a coronar nuestra casa. Parece como si nunca tuviésemos la suficiente energía para conseguir aquello que sabemos que nos hará mejorar nuestro bienestar, que nuestras fuerzas y nuestra motivación acaban siempre dirigiéndose a nuestro trabajo, nuestras familias, nuestra casa… y terminamos sintiéndonos sin pilas, agotados. Por eso no es de extrañar que la frase «quiero sentime bien» sea una de las que más rondan nuestra cabeza…
No te preocupes, no eres el único al que le sucede. Muchos tenemos interiorizado que preocuparnos por nosotros mismos o dedicarnos más tiempo es egoísta y malo y nos sentimos culpables si invertimos más tiempo en nosotros. El problema de esta actitud es que se convierte en un ciclo vicioso en el que nuestras necesidades pasan a un segundo plano y al final, terminamos tan deteriorados física y emocionalmente que ya no tenemos fuerzas ni energía para preocuparnos tampoco por los demás. Es en estos momentos cuando decidimos tomar de nuevo las riendas de nuestra vida y hacer algunos cambios.
Por qué no tenemos éxito consiguiendo nuestros objetivos personales suele deberse a que nos enfocamos en uno o dos planos de lo que somos sin vernos desde un punto de vista global. Está muy bien mejorar nuestro plano físico, pero si no tenemos en cuenta nuestro estado mental no estaremos trabajando los motivos por los que en un principio habíamos descuidado nuestro plano físico. Todo lo que hagamos influirá, en mayor o menos medida, en cada uno de los tres planos, físico, mental y emocional, pero tenemos que cuidar los tres planos por separado para conseguir un bienestar total.
¿Cómo conseguimos mejorar nuestro bienestar? Nosotros te ofrecemos este checklist de bienestar. Para que no se quede en buenos propósitos, modifícalo según tus necesidades, imprímelo y cuélgalo en un lugar visible. Todos los días marca lo que hayas hecho, e intenta haber hecho cada una de las actividades al menos una vez a la semana. Siéntete orgulloso de lo que has hecho cada día, no de lo que no hayas tenido tiempo!
Plano físico:
– Andar, bailar, correr, ir al gimnasio, subir escaleras…
– Comer bien.
– Dormir al menos 7 horas al día.
– Sé un poquito vanidoso: masajéate las piernas, échate crema, arréglate las manos, haz una mascarilla natural para tu pelo.
Plano mental:
– Lee: un libro, una revista, un artículo de un tema que te interese.
– Aprende: ve videos o documentales, a un tour organizado en un museo, dedica X horas a la semana a estudiar un área que te interese…
– Comienza un proyecto o manualidad: márcate objetivos realistas, ten una cita con ese proyecto, practica, equivócate y vuelve a intentarlo.
– Haz listas de tareas realistas: escribe sólo 3 cosas que quieras hacer al día y comienza siempre por la más difícil.
Plano emocional:
– Besa y abraza: esto intenta que sea todos los días.
– Escribe por la noche tres cosas buenas que te hayan pasado.
– Medita: reflexiona sobre tu vida, las cosas que te importan, tus valores…
– Habla y comparte sobre tu vida de forma sincera.
– Sé bueno contigo mismo, no te presiones, no te lapides, no te culpes, respeta tus tiempos y tus necesidades.