Perder peso suele ser uno de los motivos por los que comenzamos a hacer mejoras en nuestra dieta y probar nuevos productos y alimentos. Lo bueno de sustituir alimentos para adelgazar es que además contribuímos a mejorar nuestra salud general. Muchos de estos sustitutos nos aportan más nutrientes, vitaminas y minerales, nos ayudan a mejorar la digestión, sacian más y además, suelen ser más sostenibles.
Te dejamos a continuación 10 recomendaciones de alimentos más sanos que puedes encontrar en tu herbolario o tienda de dietética para que comiences con el arte de la sustitución:
- Pan blanco por pan integral: el pan blanco se elabora con harinas refinadas, por lo que aporta menos fibra, más almidón y menos micronutrientes.
- Arroz blanco por arroz integral: al igual que en el caso del pan, el arroz integral no es sometido a ningún proceso químico o de refinamiento, por lo que el grano de arroz mantiene su capa de salvado original y con ella se mantiene su aporte de fibra, vitaminas y minerales, sobre todo de magnesio y selenio. Además, el índice glucémico del arroz integral es inferior que el del arroz blanco, por lo que es muy importante para personas que sufren de diabetes.
- Cous cous por quinoa o mijo: el cous cous es un tipo de pasta que suele producirse principalmente a partir del trigo, por lo que su aporte nutricional es mucho más bajo al de la quinoa o el mijo. La quinoa es un grano rico en proteínas, hierro y magnesio, además de otras vitaminas y minerales. El mijo por su lado es un cereal que tampoco contiene gluten, por lo que es apto para celiacos, y que aporta grandes cantidades de fibra, grasas saludables y vitaminas y minerales, como vitaminas del grupo B, hierro, zinc, potasio o magnesio.
- Azúcar por miel, stevia o azúcar de coco: sustituir el azúcar suele ser una de las primeras decisiones que toman muchos para bajar de peso, pero muchos optan por edulcorantes químicos en vez de por opciones más naturales. La miel, además de tener menos calorías que el azúcar y menor índice glucémico, tiene propiedades antibacterianas, enzimas y minerales que benefician nuestra salud. La stevia por su lado, es una planta con gran poder endulzante que no aporta calorías. Es importante elegir productos que estén hechos con stevia y no a base de stevia para asegurarnos de que nos aporta todos sus beneficios. El azúcar de coco puede que sea más desconocidos. Se obtiene directamente de la savia de la flor del coco, manteniendo algunas de sus propiedades como ácidos grasos de cadena corta, polifenoles y antioxidantes.
- Refrescos por zumos naturales BIO sin azúcares añadidos o infusiones edulcoradas con miel o stevia. Los refrescos aportan unas cantidades de azúcar muy superiores a la ingesta diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud, por lo que eliminarlos de tu dieta beneficiarán tu figura y tu salud.
- Pasta blanca por pasta integral. Al igual que en el caso del pan o el arroz, existen opciones de pasta integral más saludables a base de, quinoa, arroz, espelta o maíz que te aportarán más nutrientes y fibra.
- Harina de trigo por harina de maíz, trigo sarraceno, arroz o almendras. Existen en el mercado varias opciones de harinas alternativas mucho más nutritivas que la harina de trigo convencional.
- Gominolas por caramelos de frutas sin azúcar. Si quieres darte un capricho de vez en cuando, puedes optar por este tipo de caramelos que no te aportarán azúcar innecesario.
- Sal común por sal marina o del Himalaya. La sal común es sometida a procesos de refinamiento y blanqueo innecesarios, perdiendo sus minerales en el proceso y tiene altos niveles de cloruro de sodio además de antiaglomerantes. La sal es el condimento más usado en la cocina, por lo que es muy recomendable optar por una opción más saludable.
- Cereales convencionales por quinoa hinchada, mijo hinchado o copos de avena integrales. Si en tu desayuno o merienda no pueden faltar los cereales, te recomendamos que optes por algunas de estas opciones sin azúcar añadido, con más fibra y proteínas, que te darán más energía y te ayudarán a bajar de peso.
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Y tú, ¿te animas a unirte al arte de la sustitución?